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 CHAPTER 100: MYSTERY CITY

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Aerhn

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MensajeTema: CHAPTER 100: MYSTERY CITY   CHAPTER 100: MYSTERY CITY Icon_minitimeDom Feb 13, 2011 5:26 am

UN CAPITULO ESPECIAL: LA EDICION 100 SE EXTIENDE AL DOBLE DE LO USUAL!

- Ugh – suspira la joven de cabellos rojos desde lejos – no puedo creer que ellos dos aun siguen en eso

Muy separados della podría divisar a los dos. Aquel que fue un suelo primaveral, completamente congelado. El aire mismo se hacia cortante, el frio había aumentado en gran escala. Hacia el epicentro de este escenario, se encontraba el aquariano, de pie, inusualmente sin su armadura dorada, que yacia en una caja de oro a lo lejos bajo un árbol. Con su mano derecha estirada, resistia con ojos serios el torrente de energía azulada que enviaba Bobby Drake. Cubierto de una capa de hielo, lanzaba con toda su furia aquella corriente, mas casi sin esfuerzo el ateniense lograría detenerla.

- Has mejorado en cierto grado – pronuncio finalmente Camus, cerrando su puño y cortando de una vez el canal de frio – mas no es lo que en verdad deberías estar dando según tu potencial

CON SOLEMNIDAD, EL SANTO DORADO DE AQUARIUS ACONSEJA A ICEMAN

- Señor “deberías-estar-dando-según-tu-potencial”! – grito de lejos la telepatha, cansada – terminaron ya de congelar el lugar, o prefieren convertirlo en otro glaciar?!
- Ahí va de nuevo… - sonrio Bobby al escuchar a Jean, viendo la expresión de negación del aquariano – ya vamos!
- Geesh – exclamo la pelirroja, creando una bola de fuego en cada mano – están determinados a dejar su marca por cada lugar que pasamos
- No le hagas caso, Camus – susurro Iceman, caminando hacia el dorado que permanecia en silencio, con el rostro bajo – ella puede ser asi algunas veces
- Debemos seguir nuestro camino – replico seriamente el defensor de la Onceava Casa Zodiacal, mirando hacia el cielo que tomaba un matiz naranja
- Ya era hora! – exclamo de nuevo la telepatha, viendo al extranjero ponerse aquella caja de oro a su espalda

Cubierto de una capucha marron claro, que se extendia aun sobre aquella caja dorada que contenia su armadura, el joven francés tomaba la delantera pasando por delante de la pelirroja, apenas dedicándole una mirada silenciosa. Ella, mirándolo profundamente a los ojos, hizo una expresión de pregunta, pero el ateniense ya había pasado de largo. Poco después Robert Drake y ella misma estarían siguiéndole. Según parecía, el conocía donde quedaba el objeto de su búsqueda, asi pues, callado, como tantas veces anteriores lo había hecho, la caminata se resumia. Era cierto, el joven mutante había detestado profundamente al extranjero, aun mas a su compañero. Pero lentamente, había logrado mirar las cosas de otra perspectiva. Habia entendido que aquel misterioso joven de acento francés estaba llendo de una energía muy diferente a la suya. Y asi, había aceptado ayudarlo a dominar su propia mutacion. Aun no había logrado agradecerle por el esfuerzo, pero su actitud para con el había cambiado en gran manera. Como tantas veces, en su curiosidad juvenil, trato de buscarle conversación.

- Entonces…Camus… - comenzó Iceman, adelantándose un poco, sonriendo al ver la expresión de disgusto de su compañera
- Hmmm? – usualmente, sin girar su rostro ni detenerse, el aquariano respondería
- Como es el mundo del cual vienes? – pregunto finalmente, muerto de curiosidad. Jean Grey, asi mismo, mostraría en su rostro una expresión similar
- Es casi al mismo en el que viven ustedes – respondio cortante el ateniense
- Oh vamos, siempre dices eso pero…hay muchos como tu? Lo heredan? A que edad comienza esa…mutacion? – pregunta arrebatadamente el joven de cabellos rubios
- Existen unos pocos – respondio de nuevo, tratando de terminar la conversación Camus
- Al menos termina de responder lo que te pregunto Bobby, no crees? – expreso algo molesta Jean Grey
- Hmmm – Camus se detuvo un momento a meditar, los otros imitandolo – el cosmos es todo alrededor de nosotros. Algunos logran manifestarlo bajo la protección de estrellas guardianes. Mientras mas control de esta energía se tenga, mayor será la facilidad de ejecución de la misma
- Entonces básicamente estas diciendo que – replico la pelirroja adelantándose un poco – sin estas estrellas guardianes, no tendrías ese poder?
- Sin la protección desas estrellas guardianes, nadie seria nada – respondio calmadamente, suspirando y continuando su camino, para entonces detenerse tras unos minutos de silencio – es hora de acampar
- Si no hemos caminado mucho – reclamo Jean Grey
- Estamos muy cerca de nuestro destino – dijo de pronto tirando al suelo sus cosas

Marvel Girl no deja de moverse en su bolsa de dormir. Abre los ojos asustada, como si despertase de pesadillas extrañas. Unas lagrimas surcan su rostro, obviamente había recordado al Professor X una vez mas. Se sienta con dificultad, y posa su mirada sobre las llamas de la fogata iniciada. Del otro lado, Iceman dormia apaciblemente en su propia bolsa de dormir. Volteando su mirada, la caja de oro yacia solitaria. Su dueño parecía no estar en derredor. Levantandose preocupada, la joven comenzó a caminar en dirección confusa. A lo lejos, distinguia una pequeña luz dorada. Haciendose camino entre los arboles y arbustos, la joven sintió un escalofrio al pisar la tierra congelada. Pudo por fin ver lo que representaba aquella luz, Camus sentado al borde de aquel monte, de piernas cruzadas, rodeado de un aura dorada y celeste a la vez. Suspirando, la joven se acerco a su lado.

- Deberias estar durmiendo – expreso calmadamente el aquariano
- Me lo dices tu? – expreso ella sentándose a su lado – porque eres tan extraño?
- Extraño? – pregunto Camus, abriendo los ojos lentamente
- Actuas…raro… - trato de explicar ella, sin poder hallar las palabras adecuadas
- Porque miro las estrellas de noche? – pregunto con suma seriedad el santo dorado
- No…si y no – respondio por fin ella – tu forma de actuar, tu forma de hablar. Eres diferente. A todos nosotros. Aun tu amigo se adapta a nosotros. Pero tu no. Porque?
- Quieres que sea como ustedes? – pregunto el ateniense, mirándola directamente a los ojos. Su mirada no era seria esta vez…tenia un aire, de inocencia…
- No… - la joven bajo la mirada algo sonrojada sin querer – discúlpame si a veces digo cosas sin pensarlas antes
- No tienes porque – expreso el aquariano. Por unos instantes pareciese como si hubiese sonreído con ternura, pero levantándose secamente, extendió una mano con gentileza – tu también eres diferente
- En que sentido? – pregunto ella curiosamente, tomando su mano y levantándose, sintiendo una calidez interna que acariciaba su corazón
- Debes seguir descansando – expreso de nuevo Camus, haciéndole una señal paciente para que la joven lo guiara hacia el campamento
- Ok… - dijo ella, sin entender porque ignoraba su pregunta. Mas al caminar de regreso, parecía recordar las palabras del otro extranjero respecto a el

Erik el Rojo se detiene por unos momentos. Siente aquel temblor inicial, pero ahora con repercusiones mayores. Girando súbitamente, apenas lo hacia esquivando un gigantesco trozo de metal, parte de aquel centinela que había intentado aplastar a la joven rusa. Esta, totalmente de color verde oscuro, vestida con ropas cortas exóticas, y blandiendo una espada, miraba con sus ojos dorados a todos aquellos centinelas que cargaba contra ella. Corriendo a gran velocidad, daría un salto sobre uno dellos y realizando un corte a la altura de su cabeza, la cual caería al suelo asi como su cuerpo. Uno a uno iria acabando con aquellos que oponían resistencia, absorviendo sus rayos de energía con su espada, para luego lanzarlos aun con mas fuerza. Su mirada enojada podría atemorizar a cualquiera. Cayendo al suelo, apenas respirando agitada, rodeada de cuerpos inmóviles que explosionarían prontamente. Entre aquellos temblores, aquella serpiente metalica resurgiría, dispuesta a devorarla, lo cual haría. Pero aun por dentro, se escucharía los cortes que realizaría con el Soulsword. Al cabo de unos minutos, la joven resurgiría dentre aquellos escombros, sumamente llena de energía, apuntando su espada en dirección a Erik. Pero dando unos pasos, caería agotada al suelo, volviendo a su forma original.

- Parece que lo lograste Illyana – expreso Erik el Rojo, descendiendo sobre el suelo, caminando hacia ella, notando como el Soulsword desaparecia
- Claro que si – pronuncio desde lejos una voz, representado en el santo dorado de scorpio, que se hallaba de pie sobre la cima de escombros metálicos – alguna vez lo dudaste?
- Uh…eres tu – respondio Erik, volteando y caminando hacia aquel – que haces por estos lares, extranjero?
- Me preguntaba como es que un ser de tu calibre…y con la magnitud de tu fuerza – continuo el scorpion caminando hacia el cuerpo de Illyana – se hallase retirado en lugares como estos
- En este momento no debo darte una respuesta – pronuncio con firmeza aquel ser, rodeándose de un aura blanquecina, y volteando hacia Milo, que tenia cargada a la joven rusa, abrió las palmas de sus manos, creando lo que parecía un pequeño vortex oscuro que se expandia con rapidez extrema

RECUPERAR! LOS SENTIMIENTOS ACTIVAN UNA VEZ MAS LOS PODERES DE MAGIK!
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